Si te gusta el porno gay hardcore, estás de enhorabuena porque a este tío lo ponen bien firme. Lo que todo parecía ser una placentera ducha, se convierte en una mamada de las que llevan al máximo las posibilidades físicas de la boca y la garganta. El coleguita se empeña en disfrutar al máximo de la felación y lo lleva al límite. Suponemos que al tío en cuestión le gusta tragárselas hasta la garganta, porque no hay piedad ninguna y se come un buen trabuco.
Siempre ha habido muchos mitos sobre las duchas de las cárceles y el sexo homosexual, y esto puede ser una prueba o una simple fantasía. Sea como fuere, lo que queda claro es que ambos se exprimen al máximo para ofrecernos una mamada de las que hacen afición. Después de un trabajito tan fino, va a necesitar un permiso especial para recuperarse.
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