Esta alemanita andaba de vacaciones por mi ciudad. Me tocó ser su guía, y como ya era su último día, la muy descarada no titubeó en decirme que le había encantado mi país, pero que sólo le faltaba algo: ¡follarse a un mexicano! Yo sólo me reí, pero esta descarada ya se estaba quitando la ropa en el taxi de mi amigo y pues cómo despreciarla si tenía unas tetas muy buenas y un coñito muy sabroso, así que le tupimos duro en el asiento detrás del coche, ella chupando mi verga, y yo mamando sus tetas. ¡Ah, qué rica estaba la alemana!
- Compartir
-

-
