Sus ojos claros brillan, es una chica bella que ha llegado para llenarse la boca… no con palabras ni razón, sino con dos vergas gigantes… Ella se encanta metiéndoselas a la boca, las tiene para ella sola, se atraganta de la virtud de cada macho, arriba, abajo, de lado, del otro lado, los miembros cual espadas la amenazan con herirle el placer, para hacerle correrse como se correrán ellos al final cuando sus deseos y perversiones se derramen cuales ríos desbocados.
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